lunes, 18 de agosto de 2008

Jugando con fuego (Parte III)



Un deseo ardiente la consumía por momentos, y Sergio seguía jugando con su boca, sus labios y su lengua, besandola ardientemente ahora, mas suavemente después, mordiendo y lamiendo sin piedad, haciendo que ella sintiera punzadas de placer cada vez más intensas en el centro de su ser.
De repente, Sergio paró en seco para mirarla a los ojos, y aun sosteniendola junto a su cuerpo le preguntó con esa voz ronca que a ella tanto le gustaba...

- Jugamos?

Y dirigió sus ojos al vaso de whisky y después a los sofás que había al fondo del bar.
Ella captó lo que Sergio quería decir, y sonriendo con su mirada le dijo:

- Si, por favor...

Cogieron los vasos con las bebidas y se dirigieron al sofá más cercano, sin separarse, aún besandose, no dejando que el deseo mermara en el camino.
Sergio se recostó en una esquina del sofá, quitandose la camiseta al mismo tiempo, y dejó que ella se acomodara a su lado, aprovechando el hueco de su torso. Encajaban a la perfección.
Sergio bebió otro sorbo de whisky, y al mismo tiempo agarro entre sus labios un pedazo del hielo semiderretido. Con él en la boca, le quitó a ella la blusa semitransparente que llevaba aquella noche, y también el sujetador, y comenzo un helador paseo con su lengua acariciando su cuerpo desnudo.

- Eres preciosa... - Susurró Sergio - Me encanta tu cuerpo.

Ante aquella muestra de deseo, ella se excitó cada vez más, al tiempo que los regueros helados que el dibujaba sobre ella se convertían en vapor al contacto con su piel ardiente. Suaves gemidos escapaban de su boca, y sus manos se hincaban en la espalda de Sergio cada vez que su lengua recorria un pezón, ahora el ombligo, ahora la curva que formaba su cuello junto a su hombro...

Sergio volvió a coger el vaso de whisky y le dió de beber a ella, derramando parte del contenido entre la comisura de sus labios. Las gotas de whisky aguado recorrieron su cuerpo, produciendo pequeños escalofrios allí donde llegaban. Sergio las seguía con la lengua, recogiendo otra vez el liquido derramado, dejando su calor en aquellas partes donde segundos antes sólo habitaba el frío.

La temperatura subía por momentos en el local vacio, a pesar de su amplitud. La música seguia sonando de fondo, aunque ninguno de los dos le prestaba la más minima atención. Solo tenían oidos el uno para el otro, sólo escuchaban sus gemidos y susurros, sólo tenían ojos para sus cuerpos ardientes, semidesnudos, mojados por el sudor y retazos de whisky y hielo...
Terminaron de quitarse la ropa con violencia, desatados los sentidos, solo querian yacer desnudos, unir el fuego, quemarse por dentro igual que ya lo hacían por fuera...

Ella se montó sobre Sergio, que estaba sentado en el sofá, y lo cabalgó con furia, mientras el la sujetaba de la cadera y presionaba su clitoris con el dedo, siguiendo su ritmo endemoniado, controlando las sensaciones desatadas que pujaban por salir de su interior...
Ella gemía cada vez más fuerte, perdido el control, gritando por momentos, sin ser consciente de las palabras entrecortadas que expulsaba su garganta en cada embate de la feroz lucha por llegar a tocar las estrellas con la punta de los dedos... Finalmente, explotó en un largo orgasmo, al tiempo que Sergio se dejaba llevar y la acompañaba en ese viaje al infinito....
Tras la agonía final, se derrumbaron el uno sobre el otro, abrazados, ocupando el sofá. Encendieron un cigarro aún sudorosos y extasiados, y fumaron sin dejar de mirarse, susurrandose todavía tiernas palabras de amor y deseo....

Fuera de alli eran otros, cada uno tenía su vida y su rutina, pero el deseo surgido en aquel bar, ante aquella cubitera rota, los unió en los momentos de soledad y pasión escondida entre las paredes de aquel local. Su historia solo podía funcionar alli dentro, no podían exponerla a la luz del sol, por temor de que aquel deshiciera el hechizo creado en la noche oscura.

2 comentarios:

Sara dijo...

Yo no sé que te venía a decir pero, después de leer esto...




:O


[Sin palabras]

Sara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.