Nunca imaginé que llegaría a echarte tanto de menos.
Que añoraría el dulce licor que era el roce de tu lengua
explorando mi boca.
explorando mi boca.
Eran tus manos las que me regalaban estrellas,
eran tus besos los que hacían que la luna
me alumbrara cada noche con su sonrisa.
Tus palabras eran el sol que calentaba mi cuerpo.
Quien me iba a decir que despertaría cada noche
sintiendo tu cuerpo dentro de mi,
impregnado el aroma de tu piel en mi piel,
anhelando la forma en que me hacías el amor,
tan suave, tan dulce...
Aún escucho en cada madrugada
la banda sonora que provocaban al crujir
sabanas,
ropas,
pieles,
susurros.
Nunca imaginé que extrañaría tus dedos
descubriendo cada pliegue, cada rincón,
expuesta para ti.
la banda sonora que provocaban al crujir
sabanas,
ropas,
pieles,
susurros.
Nunca imaginé que extrañaría tus dedos
descubriendo cada pliegue, cada rincón,
expuesta para ti.
Aquellas canciones que recitabas cuando me abrazabas
todavía hoy erizan cada poro de mi piel,todavía calientan mi vientre cuando traen a mi mente
las fugaces imágenes de tu cuerpo desnudo.
La dulzura de esa lengua lamiendo sin prisa,
sin pausa, cada centimetro de mi.
Los susurros al alba acariciando mi cuello,
mis manos llenas del fuego que desprendía tu piel,
tan suave, tan dulce...
Aún recuerdo en cada despertar cuando,
muslo con muslo, los vientres unidos,
caricias,
besos,
jadeos,
suspiros...
La dulzura de esa lengua lamiendo sin prisa,
sin pausa, cada centimetro de mi.
Los susurros al alba acariciando mi cuello,
mis manos llenas del fuego que desprendía tu piel,
tan suave, tan dulce...
Aún recuerdo en cada despertar cuando,
muslo con muslo, los vientres unidos,
caricias,
besos,
jadeos,
suspiros...