jueves, 27 de noviembre de 2008

Ayer, hoy, mañana.


Dices...

Dices que hay que vivir el presente,
que el pasado no importa, que el futuro no existe....


Pero dime, si aborreces el pasado..., si desechas el futuro...
¿Dónde quedan los recuerdos?
¿Dónde la esperanza y los sueños?

Piensa...

Piensa que el pasado es lo que de nosotros hay en el presente.
Piensa que el futuro quizá haga realidad aquello que deseas hoy.

Hoy sólo eres dudas, proyectos, momentos efímeros...
Hoy será tu ayer en el mañana, el pasado en tu futuro.

El presente es un instante que muere con cada segundo...

No borres los recuerdos del ayer.
Construye sueños para el mañana.
Vive hoy....


miércoles, 26 de noviembre de 2008

Hoy tengo ganas de...


Hoy he decidido mimarme. Tengo todo pensado y preparado para una noche especial. La bañera llena de agua muy caliente, espuma, velas, incienso y aceite. El cajón secreto guarda en su interior todo lo que necesito después.

Deslizo mi cuerpo lentamente en el agua casi ardiendo, sintiendo como el calor se va introduciendo en cada poro, erizando cada trozo de piel, subiendo la temperatura de mi líbido a la vez...
Permanezco unos segundos sumergida completa en la bañera, dejando que ese calor húmedo dispare mi pensamiento, el olor del incienso sugestionando mi imaginación con escenas que me hacen sentir ese mismo ardor.

Salgo del agua y me quedo erguida dentro del habitáculo que ahora parece una sauna cálida y acogedora en la penumbra que semi iluminan las velas encendidas sobre la repisa.
Vierto un poco de aceite aromático en mis manos, y comienzo a recorrer mi cuerpo con ellas, dejando que el ungüento resbale por mi piel mojada, formando pequeñas gotas untuosas en aquellas zonas que acaricio: piernas, vientre, cadera, nalgas, pechos, cuello, brazos...
Ahora me siento totalmente sexy, en penumbra, recubierta de aceite y con los poros resaltados al trasluz de las velas....

Poco a poco masajeo mi cuerpo resbaladizo, cerrando los ojos, imaginando que mis manos son las tuyas, explorando rincones escondidos con la yema de tus dedos, despertando sensaciones dormidas desde que no estas conmigo...
Siento como mi excitación crece al recordar aquella última noche contigo, las palabras que susurraste en mis oidos, tu lengua trazando circulos sobre mis pezones, tus gemidos al sentir mis labios atrapando tu centro de placer...

Saco el lubricante del cajón secreto, derramo unas gotas sobre mi clítoris y lo extiendo suavemente por los alrededores.
El placer que siento sigue subiendo por momentos, tensando mis musculos y tersando vehemente mi piel. Introduzco un dedo en mi, luego dos... y acaricio dentro la pared rugosa y cálida que se expande por momentos, noto como mi propio jugo empapa mis dedos ya empapados de lubricante.

Vuelvo al cajón secreto y cojo el pequeño vibrador con forma de huevo que reservo sólo para ocasiones como esta.... en las que la nostalgia de tu cuerpo me invade y mis manos no son suficientes para saciar mi deseo de ti.
Presiono el pequeño botón que pone en marcha la batería y comienzo a jugar... Las suaves vibraciones del aparato me sirven para estimular mis pezones como si fueran tus dedos o tu lengua quienes los endurezcan y los hagan lucir en plenitud, haciendo que pequeñas dulces descargas recorran la parte izquierda de mi cuerpo, desde el muslo hasta el costado.

Bajo con él presionando sobre la linea que separa el intermedio de mis pechos hasta el ombligo, rodeo éste varias veces, siento el mismo cosquilleo que provocaban tus labios sobre él, tu aliento cálido que me producía escalofríos en la humedad que dejaba tu lengua sobre la pelusilla que acompaña el camino que marca desde mi vientre hasta mi pubis, dejándome con la promesa de que más tarde te ocupabas de la meta que esconde el premio al final de la ruta marcada...

Finalmente, con mi cuerpo ya mojado por dentro y por fuera, ardiendo como arde el agua que todavía cubre mis tobillos y rodillas, apoyo el vibrador sobre la piel que recubre mi vagina, recorriendo suavemente cada zona, todas sensibles al mínimo roce del aparatito que se sabe juguetón, que cobra vida propia entre mis dedos, como si fueras tú quien lo manejara y jugara conmigo...



(Si crees que falta un final... atrévete y escríbelo tú)

lunes, 17 de noviembre de 2008

Fantasía...


No se que tenía aquel hombre que me volvía loca.
No era guapo, ni alto, ni fornido, ni tenía la sonrisa perfecta.
Sólo sé que muchas noches imaginaba que eran sus asperas manos las que encendían mi piel en la oscuridad de mi cuarto.
Aquella noche fui a visitarlo. En realidad, no necesitaba nada de él. Sólo quería escuchar su voz, mirar sus labios, dejar correr mi imaginación en el instante en que sus manos gesticularan ante lo que me estaba diciendo. Ni siquiera escuchaba sus palabras... sólo observaba embriagada de lujuria ante cada movimiento de su delgado cuerpo, aquel cuerpo que necesitaba imperiosamente sentir sobre el mío.
No se sorprendió al verme, me hizo pasar con naturalidad a la trastienda de su librería, y me ofreció un cigarro y algo de beber. Amablemente rechacé la bebida y acepté el cigarrillo.
No recuerdo de qué hablabamos, sólo hice realidad mi intima fantasía.

Imaginé que en medio de la conversación, frente a frente, sus pasos lo acercaban hasta mí. Sentí sus labios sobre los míos, su lengua abriendose paso por mi boca, lamiendo cada rincón. Mi cabeza sólo acertaba a susurrar "fóllame, hazme el amor, rápido, sobre la mesa..."
No sé si mis susurros imaginarios en realidad escaparon de mi boca, o simplemente conseguía leerme el pensamiento. Sin más, me sujetó por el pelo, hizo que me diera la vuelta de forma firme, sin brusquedad, sin violencia, sin oportunidad de protestar.

Todavía agarrada por mi melena, hizo que me tumbara boca abajo sobre la mesa, mi culo en pompa expuesto hacia él. Con la otra mano me bajó el vaquero y las bragas hasta los tobillos, e hizo lo mismo con el suyo, sin dejar de tirarme del pelo, sin hacerme daño, sólo ordenando con sus manos aquello que quería hacer.

Sentí sus dedos recorriendo mi vulva, impregnándolos de mi humedad casi chorreante, acariciando suavemente sus recovecos, entrando y saliendo con sus dedos dentro de mi, llevándome casi a un orgasmo atronador que ya adivinaban mis muslos tensos y expectantes ante cada movimiento de sus manos sobre mi.

Sin previo aviso dejó de tocarme, pero enseguida noté su miembro caliente y palpitante avanzando entre mis labios mayores, acariciando con la punta mi clitoris hinchado a punto de estallar.

Entró en mi con suavidad, parando un instante, acomodando su calor y el mio, dejando que las maravillosas sensaciones recorrieran mi cuerpo y mi excitación subiera de grado deseando que comenzara a moverse dentro de mi.

Y lo hizo.... vaya si lo hizo.
Comenzó un vaivén ahora lento, ahora rápido que me volvía loca, necesitaba sentirlo cada vez más adentro, cada vez más fuerte, para que mi cuerpo se tensara del todo y pudiera dejarse llevar por el placer intenso que ya exigía cada poro de mi piel.
Inconscientemente comencé a gemir, mis ojos cerrados, concentrada en cada sentimiento que provocaban sus dedos, su boca, su pene, sobre mi cuerpo.
Cuando notó que mi cuerpo se relajaba, salió de mi, me dio la vuelta y me sentó sobre la mesa. Se agachó entre mis piernas y comenzó a lamer con su lengua mi sexo ya mojado, sensible y expuesto a sus ojos lascivos.

Volvió a penetrarme, esta vez con fuerza, acompañando el movimiento vertiginoso de sus caderas con algún que otro cachete en mis cachas minimamente apoyadas sobre la mesa, sujetando mi pierna junto a su pecho, reposada la otra en la silla que acomodaba a las visitas.
Volví a gemir, casi gritar, al sentir nuevamente como algo se cocía en mi interior hasta casi morirme de gusto.
En ese instante él comenzó a moverse como si le fuera la vida en ello, llevandome de nuevo al extasís al sentir como su liquido caliente se derramaba dentro de mi y su cara se contraía de placer ante las sensaciones retenidas.
..

- Oye, estás bien? niña, despierta... te has desmayado....
- ¿En serio? Perdona... - Esperaba que mi cara arrebolada no delatara todo lo que había sentido en ese instante.
- No pasa nada, pero estas bien?
Sujetó mi cara con sus manos, y me besó en la boca. Sentí el sabor de mi sexo en la suya y en ese instanté supe que nada de lo ocurrido lo había soñado...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Melodía de pasión


Y sentí tus dedos tecleando notas sobre mi piel.
El pezón erizado recibía tu sonrisa calida y húmeda,
dejando un rastro de fuego y miel con cada baile de punta de lengua.
Mi vello suave cosquilleaba en tus muslos,
como tu aliento sorbía las gotas de sudor que cubrían mi escote.
La música de tus besos sobre mi cuello,
acoplaba la letra de mis susurros quebrados en el borde de tu oido.
Sinfonía perfecta de dedos, lenguas, miradas, palabras...
Poesía átona y tónica se dibuja en nuestros cuerpos.