"Refuerza la confianza en uno mismo, nos llena de energía cuando estamos afligidos"
Dejaba de ser niña. Le gustaba pasear por el parque, sentir el olor de la hierba y las flores. Sentarse junto a las fuentes misteriosas, de fondo verde y monedas abandonadas.
A veces llevaba un libro, a veces llevaba un juego.
Solo caminaba, pensaba, soñaba, pasaba las horas en soledad.
Un día, un chico desconocido paseaba por el parque.
Ella lo miró. El le devolvió la mirada y siguió su camino.
Ella siguió con el libro entre las manos.
Al poco tiempo, sintió su presencia en su espalda.
Ella se giró. El sonreía.
-Hola.
-Hola. ¿Puedo sentarme?
-Claro.
Y charlaron.
Pasearon juntos segundos, minutos, horas. Se contaron su vida y sus penas, alegrías y sueños.
Al finalizar la tarde, cada uno siguió su camino.
Jamás volvieron a verse.
Adiós
Hace 4 años
1 comentario:
Una historia inacabada o simplemente un acontecimiento que transcurrió.
Da igual allí quedo.
Publicar un comentario