lunes, 30 de diciembre de 2013

Cuento de Navidad



Erase una vez un deseo...

Que comienza con mi excitación por la novedad de tu cuerpo en mi cuerpo, la agitación del descubrimiento de tu polla grande y dura que me llega tan dentro.

Me enciendo con esa inteligencia tuya de las cosas de la vida y lo que me pone tu punto de chulería y tu porte de chico malo, a veces peligroso incluso. 

Ardo cuando me cuentas que tu propósito de año nuevo es hacer que me corra solo con tu lengua, porque te explico que nunca nadie lo ha conseguido, y tus ojos brillan ante un nuevo reto.

Me encanta cuando descubro tu ternura al pedirme que no me encariñe demasiado contigo, por tu realidad de hombre casado que no puede ofrecerme más que unos cuantos encuentros furtivos, no porque tengas miedo de que te llegue a molestar si eso ocurre, si no porque sufrirías al saber que sufro, y no soportarías verme llorar por ti si me enamoro.

Y yo te digo, no tengas miedo....

No tengas miedo porque eres hombre y al deseo que siento ahora de follar contigo lo superaran las decepciones que produce cualquier hombre. 

Llegará la noche en que desaparezcas de repente sin despedirte y quedaré esperando sin saber que es lo que ha ocurrido. 

Y la mañana que otra se cruce en tu camino, y aunque creas que no te veo, tendré el saber de quien comparte el mismo espacio y entorno, y mi orgullo se sentirá herido de ver que en ese instante no soy la mejor opción, a pesar de no querer ser tu única opción.

Llegará el día que prefieras una borrachera con los amigos a echar un polvo que tienes en otro momento seguro conmigo.

No tenemos un compromiso y no quiero una explicación. Ni siquiera la necesito porque la novedad dará paso al conocimiento de tu cuerpo y tus sentidos, evaporando mi primera excitación.

Las decepciones extinguirán mi deseo de sentir placer contigo y dejaré de llamarte para calmar la sed de mi cuerpo.

Sé que nos quedará el cariño especial de los que han compartido piel y el roce de su aliento. Y nos seguiremos viendo.... Seguramente más de una vez hablemos. Quizá más de dos veces bailemos...

Y del recuerdo de una hermosa historia nos quedará este bonito cuento.


5 comentarios:

Dina dijo...

M'encanta que sea este el primer relato que leo del año.
Los encuentros furtivos siempre tienen su puntito... y, nena, lo has plasmau de cojón :)
Feliz Año!!!

Bruja24 dijo...

Feliz año Dina!!! Una aventura es mas divertida si huele a peligro ... :)

patri dijo...

Pero cómo me gusta cuando escribes!!!feliz año guapa!!muaaa

celemin dijo...

Qué fue de los cuentos que terminaban "...comiendo perdices" :-p

Unknown dijo...

Muy bonito y con muchas realidad